Uno de esos deportes es el Slalom que, aunque es poco conocido, es idóneo para personas con cualquier discapacidad física, ya que el único requisito necesario es ser usuario de silla de ruedas, ya sea manual o eléctrica. A partir de aquí, todo es entrenar técnica, fuerza y manejo en los diferentes circuitos, fijos o variables, para conseguir realizarlos en el mejor tiempo posible. Para simplificar, diríamos que se trata de competiciones de velocidad en silla de ruedas, respetando un reglamento y normas del trazado de cada circuito.

Este año hemos tenido la oportunidad de viajar a Getafe (Madrid) para participar en el Campeonato de España de Slalom, una experiencia nueva y única, tanto para Víctor como para nosotros.

Se me hace muy difícil describir con palabras las emociones vividas durante las dos jornadas tan intensas del Campeonato, marcadas por el buen ambiente, la competitividad sana, el compañerismo de los participantes y la sintonía entre las familias y clubs venidos desde diferentes puntos de España.

Finales de infarto, lágrimas de emoción, risas y felicidad máxima en las caras de todos los deportistas…en definitiva VIDA más allá de la discapacidad, de la enfermedad y de las dificultades y los problemas del día a día de estos jóvenes y adultos.

Una de las cosas que nos hizo especial ilusión, fue el reencuentro después de muchos años con la familia Sabater Esteban, compañeros de viaje y aventuras durante años en la asociación MPS, y ahora compañeros y “rivales” en la cancha deportiva.

	Víctor concentrado antes de la primera carrera.		Rivales y amigos.

“Raquel tiene 27 años y, al igual que Víctor, de 18, son afectados por el síndrome de Morquio (MPS IVA). Ambos tienen graves limitaciones de movilidad, problemas osteoarticulares, debilidad muscular, etc.…a pesar de esto, son unos auténticos luchadores que nos demuestran con sus ganas y tesón que se pueden romper barreras si uno se lo propone.”

Raquel empezó a hacer Slalom en Murcia " por probar…" me decía mientras esbozaba una sonrisa. Le gustó tanto la experiencia que lleva 6 o 7 años practicando este deporte. Para ella, los beneficios del Slalom van más allá del manejo y control preciso de su silla, algo muy útil en su vida cotidiana para sortear los múltiples obstáculos y barreras arquitectónicas que se encuentra en el día a día.

Según Raquel, este deporte le ayuda a mejorar la concentración, ya que hay que memorizar circuitos, saber cómo hacer las diferentes entradas, salidas y giros en función de los colores de los pivotes y evitar cometer fallos y/o penalizaciones.

Practicar Slalom también le sirve en la relación con los demás porque fomenta el compañerismo, la amistad, el trabajo en equipo y mejora la autoestima, además de que disfruta mucho cada vez que participa en las competiciones… ¡y es que deberíais verla en acción!, su silla se transforma en todo un "bólido" de carreras…

En el caso de Víctor, su primer contacto con el mundo del Slalom fue en 2018 a través una propuesta de la FECPC (Federación Catalana de Parálisis Cerebral) para acercar este deporte a los chicos y chicas de la zona de Barcelonés Nord. Como Raquel, él también fue a una primera prueba, le gustó y hasta el día de hoy sigue practicando, compitiendo y ganando alguna que otra medallita.

En Víctor, los beneficios a nivel emocional son muy parecidos a los de Raquel, pero también tienen especial relevancia a nivel físico, ya que Víctor, a pesar de que usa silla eléctrica en el día a día, practica Slalom en silla manual, lo que le exige mucho trabajo y esfuerzo físico. Esa mejoría se nota en la musculatura de los brazos, algo que exhibe con orgullo, cada vez que nos muestra como " saca bola" con los bíceps, y es que, hasta es capaz de subir la rampa en los circuitos, algo impensable cuando empezó a entrenar.

	Raquel con su bólido dándolo todo.		La mejor parte: el pódium de la victoria.

“Si bien el Slalom es un deporte que podría ser muy apto y beneficioso para muchas personas con grandes limitaciones, encontrar clubs o sitios donde entrenar, tampoco es tarea fácil, y más si no tienes una Federación en tu Comunidad autónoma que coordine, regule y promueva competiciones/ ligas a modo local.”

"No sabes lo que nos costó conseguir que nos dejaran un pabellón deportivo para poder entrenar…" me comentaba Antonio, padre de Raquel y entrenador del Slalom Murcia SR desde hace unos cinco años.

Cuando marchó el anterior entrenador, Antonio se “lio la manta a la cabeza” sin apenas tener conocimientos técnicos en ese momento y asumió las riendas del grupo. Y es que no podía permitir que estos jóvenes murcianos se quedaran sin una actividad tan beneficiosa para ellos.

Antonio hace un trabajo incansable para sacar lo mejor de estos jóvenes, lo pude comprobar mientras se desgañitaba dando instrucciones sin parar de banda a banda en cada circuito y en cada prueba eliminatoria. 

 “Solo por esto todo vale la pena” me decía visiblemente emocionado, mientras su equipo y las familias celebraban los triunfos conseguidos de Alba y Sergio, campeona y subcampeón de España en sus respectivas categorías. Al final la paciencia y la dedicación siempre tienen su recompensa, y ver disfrutar a su hija con sus amigos es algo que no tiene precio.

Ahora unos de los objetivos de este club, es poder impulsar una Federación en la Región de Murcia, algo necesario para poder tener competiciones locales y expandir la práctica de este deporte y de otros. A pesar de lo que cuestan estas cosas, estoy segura de que lo conseguirán porque la voluntad y el tesón pueden mover montañas.

Dos madres orgullosas.

“Es importante que las familias con hijos con discapacidad seamos los primeros derribar los muros impuestos por la sociedad.  Debemos ser conscientes que una etiqueta no debe definir a nuestros hijos. Más allá de la discapacidad, la enfermedad y de las circunstancias de cada uno, tenemos que buscar y potenciar esos momentos de felicidad y bienestar que nos regala la vida, esos momentos que son los que de verdad cuentan.”

Deporte, ocio, arte música, cultura, viajar… siempre hay que buscar alternativas para lograr expandir la realidad de nuestros hijos/as fuera de los límites médicos y hospitalarios en los que estamos instalados de forma casi permanente. Y si no encontramos nada que encaje con nuestras expectativas y las de ellas/os, pues las inventamos a su medida y las hacemos posibles.

Es necesario probar nuevas experiencias y oportunidades, tan solo por el mero hecho de disfrutar, dejando a un lado esa creencia limitante de “Mi hijo/a no puede” “Yo no puedo” y cambiándola por “¿y por qué no?”

Creo firmemente que es hora de cambiar la concepción paternalista y conservadora sobre la discapacidad que tiene gran parte de la sociedad porque la compasión no ayuda, pero la empatía y la solidaridad sí.

Nuestros hijos/as no son “ángeles” ni “seres de luz”, pero sí que está en nuestras manos darles alas y hacer que brillen con luz propia.

Ana Mendoza, madre de Víctor.